E.C.C. Minerva Dávila Santos
Directora de Lumine Skin
Hoy, tenemos a nuestro alcance una enorme cantidad de protocolos que son probadamente efectivos, pero seamos honestas: ¿alguna vez les ha sucedido que cuando realizaron algún tratamiento al pie de la letra no obtuvieron el resultado que esperaban?… Y por qué pasaría esto si se aplicaron todos los productos tal como nos lo enseñaron en la escuela o como nos lo dijo la asesora de la marca de cosméticos con la que trabajamos…
La razón puede ser que, tal vez, no se hizo la preparación de esa piel, previa a realizar el tratamiento solicitado. Nos referimos a que, en la mayoría de los casos, nuestros clientes llegan buscando un tratamiento para despigmentar o para reafirmar su piel y, claro, quieren ver el resultado casi de inmediato, desde su primera sesión.
Cierta vez ocurrió que una clienta pidió que se le hiciera un tratamiento lifting antienvejecimiento; se le explicó que primero se tenía que preparar a su piel: Al decir preparar la piel no se está hablando de limpiarla y exfoliarla solamente, sino de hacerle, como primera opción, un tratamiento específico de hidratación; sin embargo, a ella le parecía que una “simple hidratación” no iba a darle el resultado que necesitaba; en pocas palabras, ordenó que lo que ella quería era un tratamiento lifting antienvejecimiento, sin importar que su piel no estuviera hidratada.
Recordemos que nuestro cuerpo es 70 % agua y que, de igual manera, la dermis tiene la misma cantidad de humedad: al deshidratarse, las fibras de sostén se resecan y se rompen, lo que provoca una flacidez prematura; entonces, ¿ayudaría a esa piel una hidratación como parte del tratamiento reafirmante que buscan nuestras clientas?
Automáticamente, al hidratar a la piel se atenúan las líneas de expresión, se suavizan arrugas, se obtienen una mayor luminosidad y turgencia y, entonces sí, se está lista para recibir los demás activos que sí sean reafirmantes, regenerantes, despigmentantes o para realizar cualquier otro procedimiento específico.
Entonces, antes de aplicar cualquier tratamiento, paso número uno: ¡hidratar siempre la piel!
Hipercromías
Cuando sean hiperpigmentaciones lo que se vaya a tratar, hay que recordar el paso uno; así mismo, es muy importante ir usando de manera gradual los exfoliantes progresivos o peelings y, sobre todo, saber que la aplicación de este tipo de productos se realiza de forma local, tanto en cabina como, según lo recomendado, para apoyo en casa. Por otra parte, un producto despigmentante debe aplicarse únicamente sobre la hipercromía, porque lo que se busca es aclarar su tono; para el resto de la piel, cuando se aplica un producto despigmentante en toda el área del rostro, por ejemplo, se aclara toda la piel de esa zona, de modo que seguirá existiendo la disparidad de tono.
Otro punto clave es cuando se diagnostica que la piel a tratar es candidata a aplicarle ácidos o enzimas queratolíticas que pudieran causarle reacciones no deseadas, sensibilizándola aún más; volvemos, por lo tanto, a lo más esencial: en este caso, habrá que hidratarla como primera opción y, como segunda, aplicarle regenerantes que la estimulen y fortalezcan, previo a usar con más frecuencia queratolíticos y alternativas abrasivas que la sensibilicen antes de reforzarla; posteriormente, sí, ir aumentando gradualmente el uso de despigmentantes, así como no olvidar prescribir bloqueador solar con la protección adecuada para todos los días y según el tipo de piel.
Acné
En los tratamientos contra el acné lo más importante es controlar el grado de astringencia, cuidando que siempre sea menor respecto de la cantidad de grasa que se produce, para no resecar la piel y, en consecuencia, prevenir y evitar la flacidez prematura; y es que el hecho de que se genere sebo naturalmente no significa que no se requiera de prevención; una piel que genera sebo en exceso también está deshidratada de manera excesiva.
Flacidez y pieles maduras
La hidratación deberá alternarse entre los tratamientos reafirmantes o lifting y cuando apliquemos los productos que contengan arcillas o de efecto secante, mismos que podrían resecar la piel madura.
En cualquiera de los casos, ¡siempre hay que hidratar a profundidad a nuestra piel!