El acné es una afección de la piel muy frecuente en México, en donde 8 de cada 10 adolescentes lo presentan; y aunque su aparición más común es durante la adolescencia, debido al influjo hormonal, el 5% de la población masculina y hasta el 12% de las mujeres adultas lo padecen.
Una piel con acné tiene muchos trastornos visibles como consecuencia, principalmente, de alteraciones en el manto hidrolipídico. La cantidad y la calidad de los lípidos contenidos en esta emulsión epicutánea, se notan con mayor frecuencia en las zonas con mayor cantidad de glándulas sebáceas (frente, tronco y espalda).
La impermeabilidad de la barrera cutánea depende fundamentalmente de los lípidos epidérmicos y que, junto con el sebo —proveniente de la glándula sebácea—, son un factor importante para el pH cutáneo y la humedad de la piel; ambos factores son clave en el desarrollo del acné. Y nuestra piel se encuentra preparada para combatir infecciones y polución ambiental gracias a estos dos factores.
Cuando el pH de la superficie cutánea es más alcalino se produce prurito y diversos tipos de dermatitis, y en el caso del acné un empeoramiento de las lesiones. Cuando la piel dañada por el acné es lavada con un producto no profesional, aumenta el riesgo de infecciones por microorganismos patógenos y oportunistas, esto debido a tener disminuida la capacidad del proceso buffer de neutralización de la alcalinidad y una disminución de la microbiota normal de la piel.
Miguett Cosmética Internacional ha desarrollado una amplia variedad de champús especiales para la piel acneica, que permiten mantener un pH ácido, de este modo se mantiene una adecuada defensa antimicrobiana y un íntegro manto hidrolipídico, que además, permite conservar un grado de humedad adecuado y una microbiota saludable, lo que impide el desarrollo acelerado y sin control de bacterias patógenas.
Sin embargo, el uso de un champú antiacné es necesario pero no es suficiente, debido a que en el desarrollo del acné se encuentran involucrados infinidad de factores modificables. Se deben incluir en el cuidado diario productos con activos que permitan un mejor control de estos factores, como el carbón activado, árnica montana, romero, ácido salicílico, alfahidroxiácidos, moléculas azufradas como los Polvos Minotraslúcidos, que son secantes, cauterizantes, bactericidas; estos polvos son indispensables en el problema de acné y la piel grasa.
En pieles jóvenes acneicas es importante el uso de lociones con activos astringentes para evitar la producción excesiva de sebo; Miguett Cosmética Internacional ha desarrollado lociones que permiten astringir la piel de una manera suave, al mismo tiempo que brinda activos que controlan las bacterias patógenas, como es el caso de la Loción de Raíces Silvestres, la Loción Ultra Astringente (como beneficio adicional contiene ácido láctico que permite controlar la hiperqueratosis) o la Loción Acneid de Carbón Activo, que permite la adsorción de grasa y bacterias patógenas.
En cabina es importante contar con un aceite desincrustante como el Aceite Amalesh, para suavizar la grasa y facilitar la extracción.
La rutina diaria de este tipo de trastornos cutáneos hace necesaria la aplicación de geles humectantes e hidratantes, para evitar que los activos se pierdan con la evaporación, como el Hidrogel, el Protect Junior, Colagel “E”, todo depende de la edad de presentación del acné, de las características de la piel del paciente y de los activos de cada producto.
En ocasiones se busca, además, ayudar contra la asfixia cutánea que se sufre con el acné, por lo que un producto oxigenante puede ser de gran ayuda como el Gel Krisia.
Por último, se debe recordar que el uso de un filtro solar en gel es necesario para evitar que el acné se agrave, como el Filtro Solar FPS 40, que sería el indicado.