La piel de las mujeres se ve afectada por diversos cambios durante el embarazo, esto se debe, principalmente, a la influencia de las hormonas sobre el organismo, su  metabolismo, su sistema circulatorio vascular  y  sistema inmunológico, así como la hiperactividad de glándulas como la tiroides, las adrenales y la pituitaria. Además, como parte de este proceso, se empieza a desarrollar la placenta. Con todo esto,  secretando hormonas y factores de crecimiento a niveles más altos de lo normal, se tiene un mayor efecto en los tejidos constitutivos del cuerpo y órganos, entre los que se incluye la piel.

Las alteraciones cutáneas son: 

• Pigmentarias: La mayor producción de estrógenos y la progesterona, además de la placenta y el aumento de la hormona melanoestimulante, generan trastornos en la producción de melanina en la piel, por ejemplo, la pigmentación  de areolas, genitales, línea alba abdominal y melasma. 

• Vasculares: El incremento de estrógenos produce dilatación y proliferación de los vasos sanguíneos durante el embarazo, alterando las estructuras vasculares y provocando distensión e inestabilidad, además de dar origen a las telangiectasias, eritema palmar, aparición de várices, edema de cara y manos; alteraciones que por lo general suelen desaparecer después del parto. 

• Tejido conectivo: Entre las más comunes está la formación de estrías, debido a la distensión (relajación) de la piel, no solo en el abdomen, también en los pechos, las caderas y/o los muslos.

• Sobre la actividad glandular: Aumenta la actividad de las glándulas sebáceas en el tercer trimestre del embarazo, provocando una mayor producción de sebo, incluso la aparición de acné. Las glándulas ecrinas también se ven afectadas produciendo mayor cantidad de sudor. Las glándulas apócrinas, por el contrario, pueden reducir su actividad.

• Cutis marmorata:Aparece como una decoloración azulosa moteada, predominante en la zona de las piernas cuando hay exposición al frío. Se cree que es debido a una inestabilidad vasomotora estrógeno-dependiente. Por lo general cede en el puerperio.

No todos los trastornos fisiológicos desaparecen después del parto. Es por eso que debemos prevenir y tratar su evolución según sea el caso, para evitar secuelas que puedan no sólo alterar nuestro aspecto físico sino que también puedan tener repercusión en el aspecto emocional o en la autoestima.

Como profesionales de la estética, tenemos acceso a una gran variedad de tratamientos que podemos aplicar a las mujeres embarazadas de manera tópica, desde técnicas de masajes específicos, para promover una mejor irrigación sanguínea y favorecer una mejor regeneración y desaparición de los edemas de los tejidos durante el embarazo y posteriores a él, así como productos cosméticos que ayuden a mejorar la calidad de la piel y que le procuren una  mejor recuperación.