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Importancia de los ácidos en el control de acné

El acné afecta principalmente al 75 % de los adolescentes, entre 13 y 18 años, aunque puede afectar a personas de todas las edades. Es un trastorno de la piel, caracterizado por una inflamación de las glándulas sebáceas, que ocurre cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa y células
muertas, presentándose especialmente en cara, cuello, pecho, hombros y espalda, y causando la aparición de diferentes lesiones epidérmicas.

Una de las bacterias que produce el acné es la Cutibacterium acnes, y forma parte del microbioma cutáneo; se alimenta del sebo. El exceso de producción de grasa en los folículos hace que estas bacterias proliferen en demasía, provocando inflamación, y que las células de defensa del organismo comiencen a atacarlas, lo que empeora el proceso inflamatorio.

Tipos de lesiones del acné:

  • Comedón (abierto y cerrado)
  • Pápulas
  • Pústulas
  • Nódulos
  • Quistes

Causas:

  • Exceso de producción de sebo
  • Folículos pilosos obstruidos
  • Acumulación de células muertas
  • Bacterias
  • Inflamación
  • Genética
  • Medicamentos
  • Hormonal
  • Estrés
  • Falta de higiene
  • Productos cosméticos de mala calidad

Un acné no controlado puede perjudicar la imagen de una persona, causar sufrimiento emocional y dejar cicatrices en la piel. Por ello es importante iniciar con los tratamientos adecuados para reducir el riesgo de sufrir tales perjuicios.

ÁCIDOS IDEALES PARA EL CONTROL DEL ACNÉ:

Los ácidos son sustancias químicas que funcionan como renovadores celulares extraordinarios; son magníficos para trabajar con ellos sobre una piel con acné, pues ejercen una acción queratolítica, disminuyen la inflamación y mejoran su textura.

  • Ácido Glicólico.- de acción exfoliante, capaz de penetrar hasta capas profundas de la piel; texturiza, afina el poro y aclara.
  • Ácido Salicílico.- es un betahidroxiácido, liposoluble, que penetra fácilmente en los poros, limpiándolos y regulando la producción de sebo; es antiséptico y antiinflamatorio.
  • Ácido Láctico.- exfoliante suave; disminuye la inflamación, texturiza, aporta hidratación y luminosidad, y afina el poro; es ideal para pieles con secuelas de acné.
  • Ácido Mandélico.- es antibacteriano y de exfoliación delicada; reduce poros dilatados, promueve la renovación celular, despigmenta y desinflama; puede aplicarse en pieles sensibles.
  • Ácido Azelaico.- es antiinflamatorio, despigmentante, antibacteriano, y de acción seborreguladora; alivia las pieles con rosácea.
  • Ácido Ascórbico.- activa la síntesis de colágeno; es antioxidante y regenerante; atenúa las cicatrices de acné y aclara.

Dependiendo de la gravedad del acné se pueden utilizar rutinas de limpieza, control de acné e hidratación, específicas para cada caso. En caso de acné tipo III y IV es conveniente acudir al médico, y en combinación con sus recomendaciones y la rutina de cuidado diario —guiada por la cosmetóloga—, se obtienen excelentes resultados.

En Miguett contamos con una variedad de productos idóneos para el tipo de acné que presentes; pregunta a tu cosmetóloga cuál es la rutina apropiada para ti y no olvides incluir en ella un filtro solar adecuado para piel grasa y acneica: el de FPS 40 en gel, es el ideal para estos tipos de piel.