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Riesgos y Beneficios de la Exposición Solar

El sol es y ha sido una fuente de energía indispensable para desarrollar y sustentar la vida en la tierra. Sus beneficios son múltiples para los organismos vivos, incluyendo al ser humano. Sin embargo, para nosotros no es conveniente, en cualquier caso, abusar de la exposición solar, pues todo lo positivo que su energía pudiera llegar a ofrecer, se revierte en peligros y consecuencias, indeseables para la salud de la piel, no sólo a nivel superficial, sino incluso a nivel genético.

La radiación solar está compuesta por rayos UVA, UVB y UVC, esta última, prácticamente, no llega a la superficie terrestre, gracias a que es absorbida por el oxígeno y el ozono de la atmósfera; la UVB se absorbe parcialmente, y la UVA es la que más recibimos. 

La radiación UVB es de onda corta, afectando principalmente la superficie de la piel. Cuando no es excesiva, la piel se broncea con rapidez, como una medida de defensa natural, al producir melanina en los melanocitos y liberarla a la epidermis, resultando en un mayor o menor oscurecimiento, lo que también dependerá de la resistencia de cada tipo de piel. Si la exposición se prolonga, la piel se inflama y enrojece, produciendo quemaduras solares que podrían provocar hasta de primer o segundo grado. Llegados a ese punto, hay que esperar a que la piel lleve a cabo su proceso natural de reparación y se regenere a sí misma. Durante ese tiempo se debe evitar asolearse. Si no se modera la exposición, a largo plazo estas lesiones cutáneas pueden empeorar al punto de causar alteraciones genéticas y derivar en las primeras fases de cáncer de piel o de la enfermedad en sí.

La radiación UVA es de onda larga por lo que atravesará la epidermis para llegar a las capas más profundas de la piel. Esta radiación no causa quemaduras; sin embargo, es la responsable del fotoenvejecimiento (envejecimiento prematuro), la pérdida de tono en la piel, manchas, melasma, arrugas y vitiligo. Según algunos estudios, en grandes cantidades también podría desencadenar cáncer de piel.

Pero todo lo anterior comienza a suceder cuando la exposición al sol ha sido excesiva y prolongada. En la dosis adecuada, que va de los 20-30 minutos por día, recibir la luz y radiaciones solares trae grandes beneficios a nuestro organismo.

La luz solar incide directamente en nuestra rutina regulando el ciclo del sueño, regulando la melatonina, evita el insomnio, y activa la producción de serotonina para mejorar la sensación general de bienestar. Igualmente, algunos estudios señalan que mejora el estado de ánimo y puede llegar a evitar cuadros de depresión, que se observan en regiones donde el invierno disminuye las horas de luz solar.

La radiación UVB ayuda a la síntesis de la vitamina D, la cual es esencial para absorber y fijar el calcio, también necesario para el desarrollo óseo, muscular y el buen funcionamiento del sistema inmune, al aumentar los glóbulos blancos y linfocitos. 

Recibir luz del sol acelera el metabolismo, estimula la circulación sanguínea, disminuye la presión sanguínea y depura los tejidos. Tiene efectos dermopurificantes y seborreguladores, además de acciones antisépticas por sus propiedades antimicrobianas; es un gran auxiliar en el tratamiento del acné cuando se toma en pequeñas cantidades, especialmente por la mañana. La acción térmica de la radiación solar eleva la temperatura corporal y provoca que la piel sude y el cuerpo elimine toxinas. Se ha investigado el efecto positivo de las radiaciones solares sobre ciertas afecciones cutáneas, como eccemas y psoriasis. Los niveles de testosterona aumentan con la radiación solar, favoreciendo la vida sexual.

Para evitar los efectos negativos, se recomienda el uso de protector solar de FPS 15 —mínimo— y no abusar del tiempo de exposición, evitando el sol entre las 11 am y 3 pm. Además, con la ayuda de la aparatología adecuada, se mitigan sustancialmente las lesiones, y la piel recibe ayuda extra para su regeneración y conservación; con esto, harás  que tus clientes disfruten de los beneficios solares y de un bronceado envidiable.

REFERENCIAS

Muñoz Ortega, M.A. y Revaliente Mera, M. (2011). Sol, Beneficios y Peligros. Desarrollo Científico de Enfermería 19 (10), 348-351.

https://fundacionpielsana.es/prevencion/la-diferencia-entre-rayos-uva-y-rayos-uvb#:~:text=La%20fuente%20natural%20m%C3%A1s%20importante,lo%20que%20vive%20en%20ella.