Autora:
Lic. Ana Yessica Villa Aguiar
Directora Técnica de Tendencia Spa
Para iniciar con este tema, te pregunto: ¿Qué es para ti envejecer? Muchas personas que he conocido a lo largo de mi vida, me han compartido el gran miedo e incluso el terror que tienen a envejecer. Al pensar en el envejecimiento es inevitable imaginarnos un cuerpo y una piel deteriorados que reflejan una edad avanzada.
Cuando nuestra vida inicia, cada una de nuestras células posee información genética que nos acompañará siempre y que se verá influenciada por nuestros hábitos de vida, tales como la alimentación, actividad física y mental, medicamentos, contaminación, clima, altos niveles de estrés, impactos emocionales y muchos otros factores; cuando los sumamos tenemos como resultado una biología sana o deficiente.
¿Sabías que sólo el 25% de nuestra biología está determinada por la genética y que el 75% restante por nuestro estilo de vida? Cuando en esto último predominan elementos que bloquean nuestra salud, la extensión de vida en años se ve disminuida, iniciando un proceso de envejecimiento, en muchos de los casos, prematuro. La excelente noticia es que actualmente podemos prevenir, retardar y, en ciertos casos, revertir estos efectos, gracias a los increíbles adelantos científicos que cada día tienen: la medicina antienvejecimiento, la medicina estética, la cosmética antienvejecimiento y la diversidad de terapias que las complementan.
Los grandes avances en la investigación de la biología molecular y genética que, día a día, se desarrollan en diversos países, así como el descubrimiento de los relojes epigenéticos, han revolucionado la medicina antienvejecimiento —conocida también como la medicina de la longevidad— y, en cierta medida, transformado el ciclo de vida del ser humano, su salud, extendiéndola cuantitativa y cualitativamente, ayudando, además, a resguardar la función de los órganos y sistemas que conforman el cuerpo humano.
Algunos de los tratamientos son: ozonoterapia, quelación, terapia celular, medicina epigenética, cámara hiperbárica, terapias de oxígeno, sueros revitalizantes, antioxidantes, nutracéuticos…, sólo por mencionar algunos; es muy importante saber o recordar que, todos ellos, deben aplicarse únicamente por profesionales médicos.
La medicina estética, por su parte, suma, cada vez más, nuevos y revolucionarios tratamientos, seguros y mínimamente invasivos, como los bioestimuladores, los redensificadores del tejido conjuntivo, implantes capilares, terapia de fibroblastos, etc., con una mayor tendencia hacia la autorregeneración celular.
La cosmética antienvejecimiento, constantemente, nos proporciona nuevos principios activos, tecnológicamente innovadores y molecularmente cada vez más pequeños: Ahora pueden penetrar a gran profundidad en nuestra piel al ser transportados por los vectores cosméticos, actúan directamente sobre las células, estimulando su actividad metabólica e iniciando un proceso de renovación. Este es nuestro campo de acción como cosmetólogas, esteticistas, cosmiatras…, sin olvidar el que nos brinda la electroestética en este tema del evitar envejecer o, como digo yo, ¡envejecer bonito! Y por último, todos aquellos tratamientos, terapias o medicinas, dirigidas a trabajar con la paz mental, emocional y energética del ser humano, como la homeopatía, masoterapia, aromaterapia, cromoterapia, bioelectromagnetismo, hidroterapia, magnetoterapia, radiónica, bioenergética, bioenergía, flores de Bach, reiki, musicoterapia, en fin, todo aquello que lleve al ser humano a integrarse, a resonar en la frecuencia de la juventud y la felicidad.
En conclusión, el arte de no envejecer o hacerlo lentamente lo podemos lograr integrando varias o algunas de las opciones antes mencionadas, cada persona que verdaderamente desee mejorar su salud y su calidad de vida, independientemente de su edad, se debe comprometer a buscar tratamientos preventivos o correctivos, según sea el caso. Aquí la importancia de que nosotras y nosotros como profesionales de la cosmética hagamos alianzas fuertes con médicos estéticos y antienvejecimiento, para brindarle a nuestro cliente una medicina integrativa y, de esta manera, lograr el objetivo que todo ser humano busca: Mantenerse joven por dentro y por fuera.
Es recomendable iniciar con este tipo de programas una vez cumplidos los 35 años, como prevención de los procesos de envejecimiento y las alteraciones que los acompañan, tales como el estrés, el sobrepeso y la obesidad, la depresión física y psíquica, los trastornos metabólicos... Recordemos que la garantía del éxito de los tratamientos antienvejecimiento está en la individualidad de los protocolos establecidos para cada cliente, donde cada uno de ellos es considerado como un ser único e irrepetible. Por todo lo anterior, esta medicina antienvejecimiento ya está considerada como parte de una nueva cultura, donde se otorgan mayores beneficios al cuerpo humano mediante la aplicación de programas de revitalización o rejuvenecimiento, todos ellos encaminados a la obtención de una mejor salud que elevará, en consecuencia, la calidad de vida y nuestra belleza.
¡Esta es una gran oportunidad de emprendimiento para ti, es hora de ponerse a trabajar!