Con el paso del tiempo, la piel presenta un cambio continuo y progresivo llamado envejecimiento: Se presenta a nivel morfológico y funcional, y se empieza a perder elasticidad, densidad, volumen y aparecen arrugas; actualmente, existen innumerables tratamientos para detener o revertir sus efectos: cremas, sérums, suplementos, alimentos, etc.
La tecnología de última generación se basa en desarrollar factores de crecimiento de alta calidad, producidos por el sistema de transformación bacteriana. Estos factores son proteínas que trabajan como “comunicadores” a nivel intercelular: activan las células para aumentar su producción, estimulando, acelerando y mejorando los procesos metabólicos de regeneración y reparación de daños estéticos.